Mérida
Morena en Yucatán y la campaña anticipada de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
Mientras Andrés Manuel acusa, en su mañanera del pasado sábado, que Lorenzo Córdoba realiza turismo político derechoso con recursos públicos, el diputado morenista por la CDMX Octavio Rivero Villaseñor no tiene empacho alguno en venir a Yucatán, en un viaje más, para promover la candidatura de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
El cinismo y la desvergüenza de los morenistas parece no tener límites. Además, asumen que todos somos unos pendejos y que con solo su palabra les vamos a creer que no hay un solo dinero público invertido en la campaña política de su corcholata.
En la rueda de prensa del día 27 de febrero pasado, realizada en el local del SUFI, este servidor le preguntó al diputado Octavio Rivero si estaban dispuestos a transparentar la agenda y los gastos inherentes a la campaña que ellos están realizando a favor de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, su evasiva respuesta fue “…si las autoridades nos lo solicitan, sí.” En la misma tónica que López Obrador, yo les acuso de utilizar dinero público para hacer turismo y propaganda política a favor de la corcholata de la CDMX, hasta que no demuestren públicamente o contrario.
Le guste, o no, a Octavio Rivero, lo que él, Villevaldo Pech, Miguel Candila y todo su equipo están haciendo es una campaña política pública a favor de una persona. Su accionar no se ha quedado dentro de los círculos de Morena o dentro de los muros y pasillos de las sedes municipales y estatales de Morena. No. Hay una campaña de proselitismo abierto vía WhatsApp, redes sociales y de manera personal para acudir a reuniones donde el tema principal es que hay que elegir a esa corcholata como candidata y luego, por supuesto, votar por ella.
Lo que el diputado Rivero y los morenistas están haciendo es lo que los abogados litigantes llaman “chicanada”. Si bien, él y quienes promueven públicamente la candidatura de su corcholata no quebrantan las Leyes, tampoco están siendo honestos y hasta ahora no han mostrado intenciones de transparentar la procedencia ni la cantidad de los recursos que están gastando durante esta campaña de promoción. Y ese es el problema ¿por qué Octavio Rivero y su palomilla tienen que ser obligados por las Leyes para transparentar e informar de dónde viene el dinero, en qué y cuánto se han gastado en promover la figura de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México? ¡Esos son los que se venden como diferentes a los anteriores, pero en realidad son más cínicos y desvergonzados! Quizá el diputado y su camarilla no violen ninguna ley electoral, pero mantener el origen y los gastos de su campaña en lo oscuro si viola las leyes fiscales. Y trabajando en eso estamos. Es cuánto.