La derecha morenista nos hierbe a fuego lento

Como a las langostas y ranas, la derecha morenista nos hierbe a fuego lento para que no nos endurezcamos en la izquierda.

Arrollados por el capital político del nuevo presidencialismo llamado Andrés Manuel López Obrador, hemos matizado, silenciado o puesto en pausa el ejercicio de la crítica. Con tal de no alimentar la estrategia de desprestigio que los sectores adversos al gobierno esgrimen en su contra, con el evidente propósito de desbarrancar su proyecto social, hemos sido omisos. Todo parece indicar así, que, en aras de resarcir la pobreza de millones de mexicanos, sacrificamos la democracia, que nos ha de llevar a terminar con la pobreza.

Por Jesús Solís Alpuche

La lógica de la fábula del burro y la zanahoria funciona perfectamente entre la clase política y su clientela inconsciente, históricamente PRIANista. No entre la gente de Izquierda, que más informada y documentada no se traga el cuento.
Es otro cuento el que ha venido funcionando entre la gente de Izquierda, comprometida con el cambio económico y social. El de la política partidista de Regeneración, sustentada en el pluralismo y la diversidad, que en ocasiones hay que matizar con ‘’anclada en la Izquierda’’. Con esta versión, la directiva liberal PRIANista-morenista, desde 2017-18, nos ha venido hirviendo a fuego lento con todo nuestro conocimiento y conciencia, respecto al Movimiento, al Cambio Verdadero y la 4ª. Transformación programada.
En este proceso de reacomodo de la clase política, de hecho, no son los PRIANistas los que valen, sino su papel y relaciones confiables de corrupción con las oligarquías, y algunos hasta con el crimen organizado, que son quienes financian campañas, con recursos privados. Mientras, a los que desconocen esta relación en reproducción, del esquema de inversión electoral, tradicional para el acarreo, la compra de votos y exagerada publicidad en los medios, las directivas, en casi todo el país, les cierra todos los espacios de vías al poder y candidaturas.
En 2017-18 fue con la expectativa urgente del triunfo en la presidencia que se nos hizo ser consecuentes de la invasión derechista impuesta en la directiva.
Hoy, con el fantasma del amenazante retorno del neoliberalismo, corrupto, y depredador, pretenden seguirnos excluyendo de las líneas de mando y poder electoral. El caso de Fernández Noroña con demanda en el INE, para dejarlo fuera del proceso, por su narrativa crítica y de fondo, -considero- tiene que pedir auxilio a los partidos de la 4aT, para que no lo arranquen como Vocero y encargado de vinculación con las organizaciones sociales nombrado por Claudia Sheinbaum, es una muestra de estas tácticas. Mentalidad y prácticas como las de Mario Delgado y familia, que pueden salirse del PRI o pueden salirse del PAN; pero ni el PRI ni el PAN se sale de ellos. Noroña, con cientos de obstáculos que le pusieron llegó a la encuesta y es el segundo lugar en la consulta, al rechazar y retirarse Marcelo, del proceso. Esto quiere decir que en el muestreo que se realizó, su verbo de Izquierda cala en el pueblo, aunque lo hierban a fuego lento.

El discurso más cercano al pueblo es el de Fernández Noroña. ¿Cómo no entusiasmarse frente a la oportunidad histórica que representaba la propuesta de un cambio de régimen? ¿Cómo quedarse indiferente ante el discurso el día de la victoria o el de la toma de posesión que convocaba a los mexicanos, por el bien de todos, a mirar por fin en beneficio de los más necesitados?
Lo que no sabíamos es la factura que había que asumir en aras de esa bandera. A lo largo de los siguientes cuatro años. Imposible una elección interna democrática. El mismo presidente fue legitimando las prácticas de dirección, tanto de Yeidkold Polenwzky, como de Mario Delgado en materia de antidemocracia interna. Morena se convirtió en otro partido de Estado. En el que el mismo secretario de Gobernación fue electo consejero y el gobernador de Sonora, presidente del Consejo. Una paradoja de Regeneración partidista.

Ser de izquierda entraña una posición ética y un principio de solidaridad con respecto a las injusticias que sufren los débiles, los que percibimos la vida desde esta perspectiva, o al menos aspiramos a ello, estamos fallando frente a la 4ª.T
Arrollados por el capital político del nuevo presidencialismo llamado Andrés Manuel López Obrador, hemos matizado, silenciado o puesto en pausa el ejercicio de la crítica. Con tal de no alimentar la crítica, que los sectores adversos al gobierno esgrimen en su contra, hemos sido omisos. Todo parece indicar así, que, en aras de querer resarcir la pobreza de millones de mexicanos, sacrificamos la democracia, que nos ha de llevar a terminar con la pobreza.
Esta suerte de autoanulación de nuestro trabajo político hacia el Cambio Verdadero es hasta cierto punto explicable en políticos que creen el estatismo social es eterno lo mismo que la división de clases sociales. Es decir, que por sistema consideran que siempre debe de haber pobres, o mejor dicho empobrecidos. Lo cual es un concepto radicalmente CONSERVADOR; frente a un Movimiento que, como tal, produce nuevos conocimientos y valores. El Pluralismo y la diversidad partidista tiene que ser dentro de la concepción democrática de Izquierda. No del retrógrado concepto del poder del dinero.