¿Blindaje Político?

El tema de actualidad. Sería interesante leerlo y entenderlo.

Por Miguel Ángel Salazar Segura

Quiero empezar enfatizando que, desde antes de 2018, las campañas de Morena y la Cuarta Transformación se orientaba hacia la descalificación de los políticos adheridos al PRI, PAN y PRD; los cuales eran tachados por corruptos, conservadores, neoliberales, tecnócratas y cuanta cosa les viniese en mente. Inclusive, fueron acusados de ¡traidores a la patria!

Hasta el día de hoy, el PRI, PAN y PRD no han podido retener a varios de sus líderes políticos, en especial a aquellos que representaron lo que Morena y su Cuarta Transformación afirmaba que eran. Ahora, estos militan con bandera guinda, encabezando las dirigencias y principales candidaturas, sobrepasando a aquellos que se iniciaron en la lucha partidista durante más de 18 años para llevar a López hasta la silla presidencial.

El blindaje partidista no ha funcionado muy bien que digamos. Por un lado, se rompe el blindaje y hay fuga de políticos. Por el otro lado, también, con un blindaje roto, se permite la entrada sin distinción y el posicionamiento sin razón. Me recuerda la relación que existe entre el cuerpo humano y el inodoro. Uno permite la salida y otro capta lo que el cuerpo expulsa.

Sin embargo, esto no es malo, pues esto abre la oportunidad para que los partidos se renueven. Muchos candidatos, ahora, representan años de lucha y trabajo desde la base, cuyas aspiraciones han sido frenadas por aquellos políticos que se servían con la cuchara grande, pero que hoy se están frotando las manos y preparando la cuchara de Morena, han sido transformados.

Como votantes, ¿en quién debemos confiar?
La respuesta es simple y sencilla. Debemos evitar a aquella persona que carece de convicción y que sin pena ni gloria puede mutar de piel partidista sin remordimiento de conciencia. Debemos evitar a aquel partido político que está dispuesto a postular a quienes, antes, descalificaron, aun cuando tienen personas verdaderamente comprometidas y capaces, apegados a la ideología y que han construido desde abajo.
Debemos evitar a aquellos grupos que levantan la mano del recién llegado, al que con anterioridad le llamaron traidor.

El blindaje partidista ya no existe. Y bajo esa premisa, no debe haber compromiso con ninguna cuarta, ni quinta transformación, mucho menos cuando ahora representa lo más aborrecido de la política local, estatal o nacional. Comprometerse es aceptar que la corrupción seguirá, confirmando que el poder no se transforma nunca, ni cambia de manos, simplemente continúa con quienes actúan mal. Es su premio por ello.

En lo personal, votaría por aquel partido que represente el genuino interés del pueblo. Esa sangre nueva inyectada cuando aquellos dejaron los lugares vacíos en su partido, para transformarse, con la finalidad de seguir viviendo de los recursos públicos.
Yo votaría por aquel partido que tiene estabilidad y permite que aquellos que han trabajado desde los cimientos puedan ser aquellos que representen al pueblo y que administren los recursos públicos buscando en bien común.

Quizás hay quienes no entiendan esto, su ceguera política no les permite ver, la sordera causada por escuchar utopías es la causa del escaso razonamiento. Espero que cuando abran ojos y oídos no sea demasiado tarde.

Al final de cuentas, debemos votar para no llevar a aquellos políticos de carrera que se burlaron del blindaje partidista. Recuerden que no es lo mismo un gabinete plural que un candidato totalitario.
¡Vamos a votar por quien realmente nos represente!
No es por la persona, ¡es por lo que vale!