Motul
A otro zorro con ese hueso
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
Siempre he afirmado que el alcalde de Motul, Roger Aguilar, posee la particularidad de transmutarse en diferentes tipos de animales. “Zorro” es su conocido apodo, pero igual puede hacerse buey o, como es el caso que ahora nos ocupa, en mapache. Recordemos que este animalito tiene la curiosa costumbre de lavar sus alimentos y de paso lavarse las manos. El “Zorro”, perdón, el “Mapache” motuleño se ha lavado las manos en el asunto de los presuntos hechos de corrupción atribuidos a su director de obras públicas.
Los medios de comunicación, quizá por encargo del alcalde o quizá por desidia e ignorancia, han publicado que “Al director de Obras Públicas de Motul, Erick Martin Acosta Palma lo acusan de pagar una obra de $280,000, que debió hacerse en el DIF Municipal, pero la Auditoría Superior del Estado detectó que no la hizo.” Cualquiera que sea el motivo (por encargo del alcalde o por desidia e ignorancia), la afirmación es tendenciosa y exculpa o, al menos, justifica la irresponsabilidad de Roger Aguilar como alcalde.
De entrada hay que dejar muy en claro que los pagos de esas cifras a proveedores y contratistas las dependencias nunca lo hacen en efectivo, sino a través de una transferencia bancaria por controles de fiscalización interna y externa. Dicho esto, es imposible que el servidor público imputado hubiese realizado ese pago, salvo que se haya coludido con el tesorero.
La Ley de Gobierno de los Municipios del Estado de Yucatán es muy clara al respecto y en su artículo 48 dice: “Al Ayuntamiento le está prohibido: IX.- Hacer erogaciones fuera del Presupuesto de Egresos.” Si partimos que, por Ley, toda inversión en obra pública tiene que contemplarse por fuerza en el presupuesto de egresos y que de acuerdo al artículo 48 de la citada Ley al Ayuntamiento le está prohibido “IX.- Hacer erogaciones fuera del Presupuesto de Egresos” Erick Acosta no pudo haber hecho el pago él mismo, y mucho menos haber hecho ese trámite sin la autorización de Roger Aguilar, pues el artículo 55 es muy claro: “Al Presidente Municipal, como órgano ejecutivo y político del Ayuntamiento, le corresponde: XVI.-Autorizar las órdenes de pago de la Tesorería, conforme al Presupuesto de Egresos, firmándolas conjuntamente con el Tesorero o a quien el Presidente designe.” Pero aun hay más más, pues el artículo 88 especifica que: “Son obligaciones del Tesorero: II.- Abstenerse de hacer pago alguno no autorizado.” Si la Ley obliga al “Zorro” y a su tesorero autorizar esos pagos y le prohíbe al tesorero realizar un pago sin autorización ¿cómo carajos pagó esa suma Erick Acosta sin que ellos se enteraran? ¿Asaltó la tesorería municipal, o qué?
En vista de todo, es obligación de Roger Aguilar explicar públicamente cómo es que su director hizo un pago, de $280,000 sin conocimiento y autorización del primer edil y de su tesorero. Y hay que hacer hincapié en que las notas de marras nunca dicen que el director de obras públicas “autorizó el pago”. No, siempre afirman que “pagó”. Haya sido como haya sido, es imposible que esa cantidad de dinero haya salido de la tesorería sin el conocimiento del tesorero y del presidente municipal, y sí así sucedió tanto Roger Aguilar, como su tesorero deberían ser llamados por el cabildo, acorde al artículo 41 de la multimencionada Ley que a letra reza: “El Ayuntamiento tiene las atribuciones siguientes, las cuales serán ejercidas por el Cabildo: A) De Gobierno: XIII.- Ordenar la comparecencia de cualquier servidor público municipal, para que informe asuntos relacionados con sus funciones y desempeño y la XXII.- Implementar políticas públicas en materia de prevención y combate de actos de corrupción.” Además, el cabildo deberá presentar un informe público de tal comparecencia. Claro, todo eso debería ser si en el ayuntamiento de Motul mandara el cabildo y no Roger Aguilar.
El asunto es que la pretendida candidez, inocencia e ignorancia del “Zorro” no calza, ni a la fuerza. Quizá la ignorancia sí, pero no en ese sentido. Es cuánto.