Mérida
Va y ven: premiado en Barcelona y repudiado por usuarios de Mérida
Mientras el gobierno del Estado despilfarra el erario en la compra de premios “patito” en España a sus compras de autobuses europeos en condiciones poco claras, los usuarios del transporte urbano en Mérida enloquecen con la implementación del sistema “Va y Ven”, el cual nunca se consultó ni se presentó a los vecinos.
Todo comenzó muy bien con los circuitos Periférico y Metropolitano, e incluso hubo aplausos hace dos semanas con el estreno de las tres rutas al fraccionamiento Las Américas, pero esta semana, con la entrada de las rutas Pensiones, Chuburná y Francisco de Montejo, empezó el caos, los cambios de último momento e incluso las primeras amenazas de cierre de calles.
Los vecinos de las colonias García Ginerés, Pensiones y Fovissste lo resumieron así: “Cuando pensamos que no podía haber un servicio peor que el de Rapsa, vino el “Va y ven y su Ruta 85”. Relataron que el chófer de la unidad “GC045” nos dio un pésimo servicio.
A continuación, la crónica de un viaje que uno de los vecinos publicó en la página de quejas y reportes de “Va y ven”:
“Soy usuario frecuente de los Va y ven, y en todo el tiempo que los he usado (desde sus inicios), pero nunca había tenido una experiencia tan desagradable como la de ahora. El chófer de la unidad GC045 tuvo una actitud grosera, pedante y muy poco profesional. Enlistaré lo sucedido en el trayecto:
-Luego de más de una hora de espera bajo el Sol, ninguna unidad se asomó. Al checar la aplicación vi que solo hay CUATRO unidades en circulación, y dos de ellas estaban juntas TODO EL TIEMPO (las más cercanas a mi ubicación). En ningún momento hicieron por despegarse, hasta el momento en el que una se desvío de su ruta para posteriormente desaparecer del GPS, cosa que me pareció mal pues en teoría por algo los camiones tienen estándares de velocidad, cosa de la que muchos se venían quejando, argumentando que ahora son más lentos, pero a mí me parecía bien siempre y cuando eso ayude a mantener un buen flujo de las unidades.
-Y tres unidades son muy pocas tomando en cuenta la enorme cantidad de gente que requiere de los servicios por la zona.
-Al llegar el camión: peor que lata de sardinas, en su mayoría adultos (algunos ya mayores) y estudiantes de la zona que no buscaban ni cómo sujetarse. Le comenté al chófer “Oiga ¿de que sirvió volverse VayVen si siguen comportándose igual que cuando eran de Rapsa? Los llevo viendo desde el GPS desde la app y parece que les gusta jugar a carreritas o robarse clientes, pues no hacen nada por despegarse. A lo que él respondió de forma demasiado grosera “¿Y a ti qué? ¿Te afecta en algo eso?”.
-Al llegar a un paradero qué está antes de la DONDÉ, un chico pidió parada con su bicicleta, el chófer no solo NO se bajó a ayudar al chavo, sino que se limitó a gritarle y hacerle señas desde su asiento, luego de un minuto y que el chico no lograse acomodar bien la bici, le gritó nuevamente para que la quitase y prosiguió a arrancar, dejando a su suerte al chico.
-En más de tres ocasiones pasó topes a gran velocidad (sí, aun teniendo la máxima capacidad de pasajeros iba a alta velocidad), provocando qué se oigan golpes fuertes en la parte baja del camión.
-Como sabrán, residencial pensiones y zonas aledañas en su mayoría albergan gente ya mayor, por lo que se imaginarán el caos de señores y señoras de edad que no podían aguantar más tiempo estando de pie, y por más que uno ceda su lugar es que no se da abasto a la gran cantidad de adultos mayores que había en la unidad, en determinado momento del viaje una señora ya no aguanto más y tuvo que sentarse en las escaleras.
Además, cada paradero qué pasábamos tenía más de 10 o 15 personas cada uno, las cuales no podían subirse debido a que estaba ya reventar la unidad. (Recordemos que solo había tres unidades en ese momento y los de Rapsa ya no circulan).
– Al llegar a su paradero final en el centro, a la hora de doblar se subió a la acera (no solo un poco, se subió hasta la mitad de la acera), por lo que unos jóvenes que estaban en la kilometrica fila tuvieron que jalar de la parte del cuello de la camisa a un señor de manera brusca, pues casi se llevan al señor que su único pecado fue estar parado en la acera esperando camión).
Al terminar este desastroso viaje e ir a reportar al checador de nombre Fernando (el cual se portó de forma muy amable, profesional y fue comprensivo con todo lo sucedido) el chófer cerró con broche de oro riéndose mientras veía el caos qué él provocó.
Conclusión: El servicio empeoró de forma descomunal para los usuarios de Rapsa (y miren que decir que Rapsa podría ser peor parecía algo imposible), camioneros qué tratan de forma grosera a la gente y no tienen cuidado ni respeto por la unidad qué manejan. Entiendo que hay problemas como el tamaño de la calle de las calles de Mérida y su pésimo estado, sin embargo mientras los camioneros sigan siendo los mismos tipos groseros de siempre, el servicio no va a mejorar en NADA. De momento con chóferes jóvenes y recién capacitados había tenido un excelente servicio en el transporte, cosa de la que muchos en este grupo hacen burla (pues los chóferes NUEVOS a veces cometen errores). Empero, prefiero millones de veces a estos chavos que si tienen las ganas de trabajar y el respeto hacia sus usuarios quée a los viejos mañosos y groseros de siempre que en menos de una semana están acabando ya con las unidades.