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Mérida

Felipa Poot: la mujer que lucho a lado de los suyos

El pasado sábado 14 de octubre, ante mujeres y hombres de Kìnchil, Jesús Solís Alpuche, presentó el libro que escribió en torno al aporte de Felipa Poot al pueblo maya, cuya memoria ha sido manchada por intereses externos que desean que los pueblos mayas no mejoren sus condiciones de vida.

Con el fin de reivindicar el papel de la mujer maya y que nació en Kinchil, Solís Alpuche, señalò “Felipa Poot y docenas de campesinos mayas, se inscribieron para el estudio y la promoción de los derechos constitucionales de la jornada de ocho horas de trabajo, para combatir la jornada “de sol a sol” establecidas en la región. Las reacciones violentas contra el profesor Cervera y de ella misma no se hicieron esperar de parte de la policía municipal, servidumbre de los hacendados, aliados a las facciones de gobierno callista en el PNR y el Partido Socialista del Sureste, que en Yucatán obstaculizaban las reformas cardenistas.

Con la asesoría del magisterio rural, Felipa Poot organizó el primer sindicato y la primera cooperativa de carboneros y productores de hortalizas, en compañía de activistas como Lázaro Solís, Víctor Solís Andrés Ku, Nazario Pisté y Agustín Puc, así como varias mujeres.

Divulgaron que, conforme a la ley, todos los seres humanos son iguales, merecen respeto y tienen derecho al trabajo, que es de donde se desprende la dignidad del ser humano.

Denunciaron que la esclavitud fue abolida en 1810 por el cura Miguel Hidalgo y que ya no permitirían más azotes, que con frecuencia por orden de los hacendados se les propinaban a los trabajadores henequeneros, para obligarlos a una producción mayor en el corte de la penca del henequén.

No obstante que en aquellos tiempos la mujer no había obtenido sus derechos políticos en nuestro país, Felipa Poot unió la exigencia de los campesinos mayas productores de henequén a la jornada de ocho horas y el mejor pago en el corte de penca. Cosa que los hacendados nunca cumplieron hasta que Cárdenas decretó el Reparto Agrario en Yucatán, después del asesinato de Felipa y otros campesinos en Kinchil el 28 de marzo de 1936.

Martín Luis Guzmán, en su libro “Los maestros rurales” (1946) escribe que Felipa Poot fue asesinada por mujeres de la misma población cuando regresaba del cementerio de rendir culto a sus muertos.

En mis comentarios en el Diario del Sureste publicados en 1986, con motivo del 50º. aniversario del asesinato de Felipa, opiné que Martín Luis Guzmán oculta a los verdaderos asesinos porque son miembros del Partido Socialista del Sureste, ala del Partido Nacional Revolucionario (PNR) en Yucatán que hasta esas fechas era el partido oficial.

Martín Luis Guzmán era entonces vocero de la presidencia de Lázaro Cárdenas y Mario Tenorio, personal asesino de la líder en Kinchil, era delegado en la campaña de Gualberto Carrillo Puerto, hermano del apóstol Felipe Carrillo. Esta situación es políticamente difícil de explicar, y es posible que por eso Guzmán recurre al subterfugio de moda en novelas y películas de la época, como plantea Ben Fallaw en su ensayo “La vida y la muerte de Felipa Poot y el cardenismo en México” en que refuta mi teoría del conflicto por la tierra, como causa del asesinato. En su ensayo, Fallaw pone como ejemplo la película “María Candelaria” de Mauricio Magdaleno y el Indio Fernández” bosquejó Solís Alpuche ante su comunidad.

Cuantas cosas suceden en nuestros pueblos, pero intereses externos son quienes escriben e intentan ocultar la realidad de las verdaderas luchas para reivindicar el meatsil del pueblo maya, por lo que este sábado durante el eclipse, la comunidad de Kinchil se reunió de nuevo y ofrendó la bebida sagrada a quienes han defendido a sus pueblos.

Al respecto, escuche nuestra nota, después de las 8:15 de la mañana de este miércoles 18 de octubre, en la frecuencia de la radio XEPET “La Voz de los mayas”.

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