Mérida
El amigo sucio
Aunque fue, y sigue siendo, el primero en violar las leyes y los principios electorales al desviar recursos oficiales en reuniones masivas, espectaculares y bardas, el delfín del gobernador Mauricio Vila Dosal, Liborio Vidal Aguilar, considera que todas las encuestas (hasta las de Palacio de Gobierno) que lo colocan en el sótano de las preferencias electorales, forman parte de lo que llama “guerra sucia”.
Incapaz de aceptar su realidad, que el millonario desvío de recursos públicos, que deberían destinarse a la educación y al emprendimiento de empresas, para crearle una campaña de promoción personal es dinero tirado a la basura, el chapulín vallisoletano subió a sus redes una autoentrevista, en la que su propio equipo de campaña le pregunta: “Oye Libo, ¿qué opina de la guerra sucia que le están haciendo”. –Simplemente se combate chambeando, trabajando todos los días. Ahí nos vemos –respondió el golpeador de panistas al tiempo que subía a su camioneta de lujo. Eso es tener la cara más dura que una pared de mampostería.
Pero al equipo de campaña se le escapó censurar comentarios, entre ellos el del usuario Óscar Maysa: “Renuncie a su cargo como funcionario público y continúe su campaña o de lo contrario póngase a chambear y enfóquese en el puesto que tiene. Usted está violando los tiempos electorales y hasta el momento nadie lo ha sancionado. Es usted quien está haciendo la guerra sucia, no me extraña ya que viene de las alcantarillas del PRI”.