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No le levanten la mano a nadie: el proceso electoral en Umán aún no termina
Un candidato, más allá de quién se trate, fue encontrado culpable de violentar las leyes electorales y a pesar de eso compitió. ¿Es legal que, bajo esa premisa, ahora gobierne Umán? Eso no lo vamos a decidir nosotros, lo hará un tribunal.
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
Según el guion establecido, en Umán deberíamos tener mañana, miércoles 9 de junio, un ganador del proceso electoral pasado. Hasta ahora todo parece indicar que será el panista Gaspar Ventura Polanco, “Venturita”. Sin embargo, muchos ignoran, o prefieren ignorar, que el hecho que le entreguen su constancia de mayoría no significa que legalmente es el próximo presidente municipal de Umán. No lo será hasta que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sala regional Xalapa, Ver., resuelva la impugnación interpuesta por el PVEM de Umán que considera que las sanciones ordenadas por el tribunal estatal fueron contrarias a derecho.
Recordemos que los magistrados de la Sala Regional Xalapa consideraron que Gaspar Ventura Polanco sí violentó las leyes electorales, a pesar que, en primera instancia, el Tribunal de Yucatán había resuelto que “Venturita” era inocente.
En su resolución, los magistrados xalapeños ordenaron al tribunal local yucateco imponer la sanción correspondiente consistente en que el candidato infractor pierde sus derechos a ser elegido. A los magistrados locales ya no les quedó más remedio que reconocer que “Venturita” sí es culpable de lo que se le acusó, pero torcieron de nuevo las leyes: se tomaron atribuciones legales que no les corresponden, generaron una nueva resolución en la que acordaron que, a pesar de lo que fundamentaron legalmente los magistrados xalapeños, Gaspar Ventura no quiso hacer lo que hizo y, además, lo hizo por ignorante. En pocas palabras, lo que los magistrados locales argumentaron para calificar de “levísima” la falta cometida por “Venturita” es que los precandidatos y candidatos ignoran que deben observar en todo momento y en cada etapa del proceso las leyes electorales. Nada más contrario a derecho, pues todo ciudadano que, en calidad de precandidato o candidato, participe en una contienda electoral es sujeto obligado a conocer las reglas del juego. Es decir, es obligatorio que conozca las leyes electorales, y si él no las conoce es imprescindible contar con un asesor legal que sí las conozca.
Estoy plenamente consciente que mí opinión, esta opinión, no les caerá en gracia a muchos. También estoy cierto que muchos argumentarán que mi reflexión parte del enojo porque mi candidata no ganó las elecciones. No es así. Aquí yo me estoy sujetando a lo meramente legal y a hechos ya juzgados y sentenciados por un tribunal. Aquí, a pesar que esta es una opinión personal, mis argumentos no van en menoscabo de las personas o instituciones como tales, sino a los hechos ilícitos cometidos. Y el que no concuerde conmigo que alce la mano y diga: “Fernando, yo sí estoy de acuerdo con el hecho que los candidatos violenten la ley porque se trata de MI corrupto”. Sólo hay que tener presente que un acto ilegal no deja de serlo a pesar de lo simpático que pueda resultar quien lo cometió y que permitirles a los candidatos, por muy populares y populistas que estos sean, violentar las leyes electorales es darles carta blanca y permiso para violentar todo tipo de leyes. A eso se le llama fomentar la impunidad. Y la impunidad genera corrupción. ¿No hemos tenido suficiente escarmiento con Freddy Ruz y su familia?
La corrupción es la corrupción y como ciudadanos, y muy a pesar de otros “ciudadanos”, debemos combatirla, y la manera más eficaz de hacerlo es no dejarla crecer abandonando el lloriqueo público en Facebook, que no aporta nada bueno, y recurrir a los tribunales en busca de justicia legal. Hace tres años nadie hizo nada, pero hoy hasta quienes votaron por Gaspar Ventura piensan que Freddy Ruz es el presidente municipal más corrupto en la historia de Umán. Todos culpamos a Ruz Guzmán, pero no admitimos ni asumimos la parte de responsabilidad que nos corresponde: si Freddy es el alcalde más corrupto, es porque desde el principio se lo permitimos. Mi argumento es que un candidato, más allá de quién se trate, fue encontrado culpable de violentar las leyes electorales y a pesar de eso compitió. ¿Es legal que, bajo esa premisa, ahora gobierne Umán? Eso no lo vamos a decidir nosotros, lo hará un tribunal y no está en nuestras manos la decisión que emitirán los magistrados.
Dura lex, sed lex. Es cuánto.