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“Venturita” es culpable hasta que él demuestre lo contrario
De nada le sirven a Gaspar sus choros mareadores de los lunes por la noche si no procede de manera legal en contra de los presuntos actos de corrupción cometidos por Freddy Ruz y sus secuaces.
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
Meditemos esto: si portales de Facebook, cómo “ALZA La VOZ UMÁN”, y medios de comunicación, cómo “Tu Espacio del Sureste”, exponemos copias de documentos que claramente prueban que Freddy Ruz Guzmán cometió presuntos actos de corrupción ¿cómo es que Gaspar Ventura teniendo todos los elementos a la mano, y aún mucho más, no da indicios de querer fincarle responsabilidades al exalcalde?
Incluso, ya su director de comunicación social, inició una campaña argumentando que su jefe no debe cargar con los muertos que Freddy dejó. Mediante su “bot” argumenta que el corrupto es Freddy, pero no “Venturita”. El chiste se cuenta solo.
Cada vez que Gaspar grita a todo pulmón que este es nuevo amanecer para Umán nos quiere vender la idea del “borrón y cuenta nueva”. Cuando su encargado de comunicación afirma que los muertos no son culpa de su patrón el mensaje a leer es “Sí, Freddy es corrupto, pero démosle impunidad”.
Cínicamente, otro argumento que esgrimen cómo defensa “Venturita” y su comunicador, es que quienes denunciamos públicamente estos hechos somos aves de mal agüero. Para ellos somos personas nefastas que queremos que a Umán le vaya mal para que medremos de ello. También el chiste se cuenta solo: ¡quienes le están partiendo la madre a Umán no somos nosotros… son ellos!
Si bien es verdad que, a los muertos a los que se refiere el comunicador no los mató “Venturita”, sí es responsabilidad de su patrón, Gaspar, investigar esos asesinatos. El actual alcalde no puede, ni debe, alegar que tienen las manos limpias porque, según él, el arma homicida la disparó otro. Para nada, porque tan corrupto es el que comete el acto de corrupción como el que lo oculta y le ofrece impunidad.
¿Qué tan sucias están las manos de “Venturita”? De entrada, tiene a Pablo Martínez Molina como director de finanzas. El mismo que, según grabaciones que ya hemos publicado en este medio, por instrucciones de Ruz Guzmán desvió fondos municipales para la segunda campaña del exalcalde.
Esas mismas grabaciones fueron utilizadas por los operadores de “Venturita” durante la pasada campaña política para demostrar que tan corruptos eran Mardoqueo Uicab y Freddy Ruz… pero ahora no dicen nada del tercer participante: Pablo Martínez. ¿Será que porque ahora Martínez es su corrupto? Freddy no pudo haber cometido esos presuntos desvíos de fondos públicos sin la activa complicidad y participación de quien ahora también es hombre que “Venturita” mismo ratificó en el cargo. Gaspar debe saber perfectamente cómo operó Pablo Martínez en complicidad con Freddy Ruz. Y si dice que lo ignora es porque es un cínico o, de plano, es un tonto inútil que no tiene la capacidad ni la preparación para ser presidente municipal.
El escandalo de los terrenos cedidos por Freddy tiene incluidos nombres de servidores públicos de esta actual administración y “Venturita” sabe muy bien quienes son… pero decide no hacer nada. Gaspar, en lugar de lavarse las manos, se las enloda aún más. Incluso el mismo Pablo Martínez ya avaló el pasado lunes 4 unos documentos para que un grupo de beneficiados con esos lotes continúen el proceso de despojo de un bien público. En una nota de ayer exhibimos copias de esos documentos sellados por la Dirección de Finanzas del ayuntamiento de Umán.
El portal “ALZA La VOZ UMÁN” exhibió copias de documentos relacionados con las concesiones del nuevo mercado, obtenidos a través de una petición a la Unidad de Transparencia Municipal. Muchos de los que recibieron esas concesiones trabajan hoy en palacio municipal y otro tanto son parientes de exfuncionarios. Esas concesiones violentan y son contrarias a lo que exigen los artículos 94; 95; 96; 97 y 98 de la Ley de Gobierno de los Municipios del Estado de Yucatán. ¿Qué va a hacer “Venturita” al respecto? Mientras no haga nada seguirá siendo cómplice de una ilegalidad. Esas complicidades y tapaderas son las que le manchan las manos y esa es la razón por la cual a Umán le van mal, no por lo que nosotros digamos o dejemos de decir. El mal de Umán no tiene su origen en nuestros malos deseos, sino en el cínico actuar de las malas y corruptas autoridades.
Es cuánto.