Portada
Umán y los umanenses: ¿han perdido su capacidad de indignación?
“Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay cierta complicidad vergonzosa”. Víctor Hugo.
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
La frase de Víctor Hugo no puede ser más cierta en esta ocasión, a propósito del “castigo” impuesto por el Tribunal Electoral del Estado de Yucatán a los tres candidatos infractores. Tal parece que todavía existen en Umán “ciudadanos” a los que no les avergüenza, en lo más mínimo, “defender” a tres candidatos que, durante su campaña, juraron y perjuraron que son un dechado de honestidad y que tienen las manos limpias, pero que, de acuerdo a las sentencias emitidas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, sala Xalapa, Ver., violentaron las leyes para sacar ventaja. Son unos tramposos marrulleros.
De igual manera deberían avergonzarse los otros candidatos, junto con sus partidos, porque, cómo siempre, su discurso de luchar en contra de la corrupción sólo queda en la mera perorata de campaña, pero no demuestran con hechos que están dispuestos a correr el riesgo cuando se trata de actuar. Sólo son plañideras de Facebook.
Durante sus primeros tres años como alcalde Freddy Ruz montó un círculo de complicidades y corrupción en palacio municipal. El y su familia se enriquecieron de manera inexplicable, mientras Umán se hundía en el abandono. Lo advertimos hasta el cansancio, pero muy pocos tomaron conciencia. Los umanenses, a pesar de saber que Freddy fue un pésimo alcalde, lo reeligieron para un segundo periodo. Ahora sí, cuando se dieron cuenta que Ruz Guzmán les volvió a ver la cara surgió la indignación ciudadana. Mañana, día de votaciones, en las boletas electorales estarán los nombres de tres candidatos que ya demostraron ser deshonestos de acuerdo a una sentencia judicial, ¿volverán a repetir los umanenses el mismo error? ¿O su indignación no es contra la corrupción, sino contra Freddy Ruz? ¿Qué es lo que los umanenses quieren para Umán?
Desde ya les aclaro que creo firmemente que cada quien es libre de votar por quien desee, pero lo que debe quedar muy claro es que esa libertad de elección también conlleva una responsabilidad: si una mayoría relativa de umanenses elige a un infractor de la ley para que sea gobernante, con toda seguridad vamos a tener en el palacio municipal de Umán a un alcalde que seguirá evadiendo la legalidad para sacar provecho personal. Y entonces de nuevo veremos los lloriqueos y las quejas en Facebook esperando, como siempre, que otros cambien las cosas para bien, cuando está en nuestras manos el hacerlo ahora.
La gente de Umán está harta de Freddy, eso nos queda claro a todos. La gente de Umán está harta de la corrupción, ni dudarlo. También me queda cierto que no todos los ciudadanos tienen la capacidad y los recursos para llevar ante los tribunales a los gobernantes y políticos para que se les investigue y, de ser culpables, se les sancione. Lo que no me queda claro es la razón que motiva a los otros candidatos, algunos “medios de comunicación” y parte de la ciudadanía a acusar de llevar al cabo una “guerra sucia” a quienes sí tienen el valor y los huevos de denunciar ante las autoridades a quienes presuntamente violentan las leyes. ¿En qué quedamos, pues? ¿Queremos que se acabe la corrupción y que los gobernantes y políticos respeten las leyes, sí o no?
Ya están advertidos. Cada quien es libre de votar por quien quiera, hasta por alguien tramposo y marrullero… pero no te indignes ante la corrupción mañana cuando pudiste haber hecho algo hoy. Es cuánto.