Políticamente Incorrecto (15/04/2025)

#SCJN #ReformaJudicial El próximo 1 de junio “el pueblo” votará para elegir a los ministros, magistrados y jueces de Distrito. Todo está dispuesto para que el partido en el poder lleve a los cargos jurisdiccionales, por lo menos a los más importantes políticamente, no a los más preparados académicamente, tampoco a los que tienen mayor experiencia, sino a aquellos que respondan a los “intereses del pueblo”.

Serán escogidos de acuerdo con la fórmula que les enseñó el Mesías que hoy descansa en su residencia de Tabasco. ¿Los requisitos?: 10% de conocimientos en la materia y 90% por ciento de lealtad al habitante de “La Chingada”. ¡Total! Si la plebe que lo sigue sin cuestionar no distingue entre procuración de justicia e impartición de justicia. Bueno… ni siquiera saben lo que es un juez, un magistrado y un ministro.

Lo paradójico, es que tener una carrera judicial es una desventaja para los candidatos porque el pueblo “bueno y sabio” compró la estúpida idea oficialista que todos los jueces, magistrados y ministros son unos corruptos. No hace falta presentar pruebas para sostener esa afirmación ¿para qué molestarse en eso si el mesías cuatroteista ya lo dijo desde su sagrado púlpito de “La Mañanera”?
Ya les dijeron que el perro tiene rabia y hay que matarlo pues… ¡porqué sí!

“Tú afirmas eso porque eres un facho, neoliberal de derecha, dolido porque se han acabado tus privilegios”, afirmarán los defensores de ese gato con los pies de trapo y los ojos al revés llamado “reforma judicial”, pero no… no es así. Lo digo basado en los comentarios generados por la nota “Palo judicial a “¿Quién es quién en las mentiras?”” publicado la noche de anoche. ¿Qué generó la profunda indignación de los fieles acólitos de san Andrés? Pues que un juez del Consejo de la Judicatura Federal se atrevió a ratificar la sentencia judicial en la que un juez de distrito resolvió que un periodista fue señalado y denostado por el expresidente en sus “mañaneras”. Lo llamó mentiroso, lo exhibió en una sección creada sin ley, sin reglas y sin derecho de réplica: “Quién es quién en las mentiras de la semana”. No fue un debate. Fue una sentencia desde el poder, sin juez, sin defensa.

“¡Herejía… los jueces son unos corruptos! ¡Qué bueno que ya se van!”, comentan a pies de la nota. Nadie, ni por equivocación, se atreve a cuestionar siquiera si el tribunal federal resolvió que esa práctica de AMLO efectivamente era violatoria la Constitución. Todos parecen ignorar, o hacen cómo que ignoran, que para el Ejecutivo no aplican las mismas Leyes y Reglamentos y que no debe usar recursos públicos para estigmatizar a ciudadanos y periodistas, ni inventar mecanismos de propaganda sin sustento legal… ¡porqué la misma Ley no se lo permite! Esa sección es censura institucional, no transparencia. Y exhibir a la prensa crítica es violencia simbólica desde el poder.

Los comentarios reflejan el grado de ignorancia que la ciudadanía tiene sobre la procuración e impartición de justicia. Esta sentencia les parece producto de la corrupción y de los intereses de grupos porque perciben que no se apega al “código moral” dictado por san Andrés. No entienden la diferencia funcional entre un Estado de Derecho y un código moral. Por eso, por un lado, celebran el dictamen de la SCJ que los favoreció y obligó a los diputados locales a modificar el Código Penal del Estado de Yucatán en materia de aborto, pero por otro lado tachan de corrupto e inmoral este, que no favorece a su ideología.

Este próximo de junio se “elegirán” jueces cuyo fin, por lo visto, no será aplicar justicia conforme a derecho, sino “justicia” que favorezca la ideología política cuatroteísta.
Bajo esa premisa, ¿Cuál cree usted estimado lector que será el sentido de sus resoluciones?
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