Nacional
La ventana de Overton: el truco para dirigir a las masas
La ventana de Overton no es una teoría política, desgraciadamente está siendo aplicada hoy en día en el espectro político a nivel mundial y, por supuesto, también por la izquierda mexicana. Vamos a pasar a explicarla y dar opinión.
Muy mal está la democracia mexicana cuando la ventana de Overton hace que la derecha se avergüence de ser derecha.
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
En la práctica, se describe como una ventana que inicia, por ejemplo, en el rango de ideas que el público considera inaceptable hasta posicionarse en lo aceptable y establece que la viabilidad política de una idea se define principalmente por este hecho antes que por las preferencias individuales de los políticos.
Da bastante miedo ver la facilidad con la que una simple teoría política aplicada permite dirigir a una población hacia un determinado tipo de pensamiento para que acepte de buen grado unas ideas u otras.
Los mexicanos debemos poner la vista en España, donde ahora mismo la ventana de Overton está mas que aplicada al espectro político de la izquierda. La izquierda española aplica constantemente desde hace años, lanzando mensajes de que es socialmente correcto aceptar cosas como enseñar a un niño sobre como travestirse o asegurando que el sexo consensuado es un derecho de los infantes, haciendo que, mediante la técnica del martillo pilón, repitiéndolo una y otra vez junto a la ventana de Overton, la gente piense que esto no es malo y por tanto, se vuelve moralmente aceptable para convertir, lo que ahora es ilegal, en un derecho.
Desglosando etapa por etapa la ventana de Overton
1.-De lo impensable a lo radical
Algo que directamente es prohibido o no aprobado por las leyes, pasa a ser un radicalismo, algo extremo que muy pocos harían o se atreverían a hacer.
2.-De lo radical a lo aceptable
Esa práctica o pensamiento radical ya no se considera extremo, y empieza a aceptarse entre los ciudadanos.
3.-De lo aceptable a lo sensato
La práctica o pensamiento que se empieza a aceptar entre la población pasa a ser considerado algo sensato, prácticamente válido en todo ámbito y se empieza a pensar que sería estúpido no agregarlo a la vida diaria.
4.-De lo sensato a lo popular
Lo que se ha convertido en algo sensato se vuelve popular. Algo necesario en la población que todo el mundo adopta o quiere adoptar para unirse a la corriente de población que desea ese cambio.
5.-De lo popular a lo legal
El último paso es convertirlo en algo legal. Esa acción o pensamiento popular llega a tales extremos de fanatismo y glorificación por la gente que se aplican leyes a su alrededor. El triunfo final, lo que era prohibido ahora es ley.
Siguiendo este esquema, se intenta legislar alrededor de ciertos intereses que siguen una muy marcada agenda política para llegar a ciertos objetivos que, de manera intrínseca, tienen como recompensa el beneficio económico o político, asegurando cargos de poder.
Mirando en el marco del gobierno español, esto salta bastante a la vista, a raíz de las numerosas leyes que se están promoviendo en favor de la diversidad sexual obligando a aceptar cualquier “género sexual”; de la inmigración ilegal, permitiendo asilo y sueldo a todo aquel que entre sin documentación reglamentada; o de la Ley integral de violencia de género, invirtiendo la carga de la prueba por defecto y desechando de base la presunción de inocencia, un derecho universal.
Como decía antes, todo esto sirve a unos intereses políticos que siguen una determinada agenda que por supuesto está mas que planeada y la población, a falta de criterio para plantearse si las medidas que se están queriendo aplicar son beneficiosas o no, simplemente las van aceptando con el paso del tiempo debido al constante bombardeo de información en medios de comunicación de según qué partes.
Tampoco hay que negar que éstas siempre han sido tácticas políticas usadas tanto por izquierda como la derecha, especialmente de izquierda, haciendo especial hincapié en el comunismo y el socialismo, donde como siempre, prometen una perfecta y justa sociedad donde todo va a ser igual para todos y estaremos rodeados en la abundancia por el trabajo conjunto de todos, algo que obviamente, es inalcanzable y absurdo.
No se puede alcanzar esos ideales, lo único que se puede hacer es adaptarnos e intentar mejorar el sistema todo lo que podamos, pero jamás lograremos un sistema perfecto ni una sociedad utópica donde todos viviremos en perfecta armonía, y el por qué de ello es simplemente porque eso implicaría la supresión del egoísmo y la individualidad del ser humano, algo que no es posible, y tampoco debería serlo.
El comunismo usa con frecuencia esta táctica, prometiendo una sociedad donde todos saldremos beneficiados del trabajo de todos en conjunto, lo cual es absurdo.
Si voy a salir igual de beneficiado sin trabajar que aquel que trabaja, ¿para qué voy a esforzarme en hacer algo?, total, todos salimos beneficiados…
Ahora siendo serios, esta lógica es simplemente absurda, básicamente porque si se aplicara, habría el doble de disputas que antes, ya que, si una persona que trabaja va a recibir la misma recompensa que uno que no lo hace, ¿para qué se va a esforzar el primero?, al final el resultado es que ambos están haciendo el vago esperando su recompensa inmerecida y sin darse cuenta el país se va empobreciendo hasta dejarlo en la ruina. ¿Eso no nos recuerda a los mexicanos el discurso oficial que acusa a la clase media de pecar de aspiracionista? ¿Del único par de zapatos?
Pero también atenta contra la democracia: al día de hoy para muchos es inaceptable que un diputado no este de acuerdo en que sea legal el matrimonio en dos personas del mismo sexo, porque es tachado inmediatamente de homófobo y lo mismo le sucede a cualquier director de un plantel escolar que disienta sobre la orden de permitir el ingreso al baño de féminas a cualquier niño o joven del sexo masculino que se autoperciba como mujer. La ventana de Overton ya no nos permite debatir las ideas, en pro o contra, de la Ley de Cuota de Género, porque aquel que esté en contra será catalogado como de misógino, y fin de la discusión. ¿Para qué debatir ideas, tal cómo se haría en una democracia plena, si ya la ventana de Overton está puesta en posición tal que todo aquel que difiera es un enfermo mental? ¿Para qué debatir ideas si todo aquel que se posicione en la derecha es tachado de fascista y/o neoliberal con lo que, de entrada, ya descalifican cualquier argumento porque ser fascista y neoliberal es malo? Yo no sé ustedes, pero desde Manuel Clouthier y Castillo Peraza yo no veo pensadores y líderes de derecha en México. Muy mal está la democracia mexicana cuando la ventana de Overton hace que la derecha se avergüence de ser derecha.
Como conclusión final decir que la ventana de Overton seguirá siendo el principal recurso para manipular y dirigir una corriente de opinión hacia algo que quieran hacer pasar por bueno, aunque no lo sea, así que como solución a ello, la respuesta es simple: analizar si aquello que nos están diciendo tiene consecuencias negativas a largo plazo y como te afecta a ti directamente. No, por fortuna, los mexicanos aun no llegamos a la gravedad del caso de España, pero la ventana de Overton va hacia allá.