Sin categoría
La utopía nuestra de cada día
LA VISIÓN DE CARONTE
Por Miguel II Hernández Madero
¿Qué es una utopía? Dejemos a un lado el diccionario y veamos el sentido más común de esa palabra. Una utopía es aquello ideal, pero irrealizable, es aquello que puede ser la ilusión perseguida, pero nunca alcanzada, en suma, es un sueño y como tal, desaparece al despertar.
Así que mejor hablemos de los sueños, de las ilusiones y veremos qué tanto daño puede causar cuando un pueblo o un sector social vive persiguiendo o esperando que llegue ese mundo ideal y surge una voz que les promete que es posible tenerlo, tan sólo hay que ceder en algunas cosas para ganar todo lo demás— Y se convierten en consignas políticas.
Hagamos a un lado el plano nacional, que de eso hablan muchos, enfoquémonos en el plano local, donde hemos escuchado en este siglo XXI que se diga que “Yucatán es una tierra de maravillas”, “Donde los sueños se hacen realidad”, con mucho “Orgullo y Compromiso”, porque “Yucatán merece más”, por citar algunos lemas que simplemente han sido palabras y se han quedao en el horizonte (que nunca se alcanza).
Y lo vemos y nos hace reír a veces, pero debemos reflexionar que es algo que nos afecta a todos; lo que ocurra a un sector repercute en otros, pues no estamos aislados, además no le pasa “a un extraño”, les ocurre a personas que viven en nuestro mismo entorno, en nuestro mismo patio (Yucatán). El ser humano cuando es motivado por el sufrimiento de los suyos o la posibilidad de mejorar su vida, es capaz de superar obstáculos y desafiar lo que sea. Cuando la desesperación rebase lo soportable, de nada servirán esas utopías, ni el cumplimiento de los sueños de algunos funcionarios, simplemente habrá cambios.
El Ser Humano cuando se da cuenta que, así como él crea las instituciones, también las puede reformar. Estamos en las vísperas de un año electoral en el que se juega la continuidad de un sistema o el cambio, lo interesante es saber qué cambio se dará. En el plano local tenemos personajes que pretenden erigirse en salvadores y abanderar “las causas populares”, como dicen en sus discursos. ¡Hacia dónde nos llevará esa oferta política para este 2021?
Es indudable que habrá pese a todo el desastre económico y de salud, la casta política aún ve que existe un botín e irá por él. No importa si tienen que cambiarse de camisetas o banderas. De repente descubren que el naranja les queda bien, que el azul resalta el color de sus ojos, o el rojo vino es algo muy elegante… No importa el color, lo importante (para ellos) es estar en esa fiesta política y que les toque una rebanada de pastel.
Entre ocurrencias, triunfalismos, dádivas, discursos y pasarelas políticas ¿cuánto tiempo más aguantará Yucatán? Ojalá que en las próximas campañas haya un despertar ciudadano y no se dejen engañar ´por los nuevos rostros, de los viejos nombres de los actores de siempre.
Cambiarse de partido y decir que ahora si defenderán las causas sociales, es como decir aquello de “si cierro los ojos no está ahí, si no lo digo, no pasó”.
Tendremos nuevas elecciones en 2021, más candidatos, más promesas, nuevos lemas, pero las mismas caras y las mismas viejas mañas.
Hasta la próxima…