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En Umán, al parecer, ya no existen autoridades municipales

Por Omar Xool
Cada vez, es más notorio el abandono que encabeza el panista Freddy Ruz Guzmán.
¿No sentirá vergüenza el alcalde al ver que los ciudadanos hacen su trabajo? ¿No sentirán vergüenza los “ciudadanos” que hace dos años le malvendieron sus votos a cambio de nada? Esas son las preguntas obligadas para empezar esta entrega periodística. Suponemos que los ciudadanos de Umán ya saben cuál es la respuesta. Y si, los umanenses trabajan más que él, y con recursos propios.
Hace un par de entregas, comentamos que los civiles no están obligados a cubrir las necesidades de las autoridades públicas. Pero, en la ciudad “Del Paso”, las cosas son al revés: los ciudadanos son los que hacen los trabajos que les corresponden a las personas que hace sólo un par de años atrás pedían votos como un perro pide de comer y juraban y perjuraban que serían honestos con los recursos públicos y que llevarían a Umán a otro nivel. Ahora, dos años después, los ciudadanos erogan de su propio bolsillo cuando dinero público sirve precisamente para cubrir este tipo de gastos en infraestructura. Pero parece que esa cuenta pública se ha privatizado a beneficio de las familias Ruz Guzmán y Couoh Uc, oportunistas vividores como Alvar Concha y agremiados o, mejor dicho, sus chupatruzas. Entre ellos los regidores.
Así como en esta ocasión unos particulares de la colonia Miguel Hidalgo, cerca de la casa de la madre del alcalde, gastaron varios miles de pesos en rentar maquinaria pesada y material de construcción para tapar los baches, acciones que no han podido hacer los mediocres integrantes de obras públicas. Por supuesto que dicho dinero, el cual salió del bolsillo a de los vecinos, nadie lo va a reponer y quizá Freddy si diga, en un futuro muy cercano, que esos baches fueron tapados por su gente. Repetimos ¿no le dará vergüenza o pena? No solo el que gente externa a su ayuntamiento cubra las responsabilidades que le corresponden, también porque es una verdadera vergüenza que una ciudad como Umán luzca de esa forma: abandonada y olvidada, todo por alimentar sus cuentas personales.
¡Esto ya es el colmo! Un alcalde así de nefasto tuvo que pasar por Umán para que la gente aprenda la lección y no vuelva a confiar en una persona falsa, a la que, a leguas, hace dos años se le veía la intención del poder y no de convicción al pueblo. Ojalá le dure mucho su fortuna, pero como dicen por ahí: “lo que fácil viene, fácil se va”. ¡Vuelvan a vender sus votos! Luego le andamos reclamando a los españoles nuestras penurias porque siglos atrás nos cambiaron oro por espejitos… ¡es que no aprendemos!
