Mérida
¿Cuál rumbo siguen?
LA VISIÓN DE CARONTE
Por Miguel II Hernández Madero
Las condiciones en Yucatán requieren acciones para atender a quienes por alguna u otra razón están en vulnerabilidad, desventaja o presentan problemas para satisfacer las necesidades básicas como miembros de una sociedad.
Pero esto parece no ser prioridad para quienes están al frente de la Administración Pública, ni para los Legisladores.
La contingencia sanitaria no es la raíz del problema, al menos no en la sociedad mexicana. Simplemente vino a complicar las cosas, en un país con desempleo, cierre de programas sociales, violencia, y falta de rumbo político. Pero se debe reconocer algo…, el COVID-19 dio la excusa perfecta para justificar acciones impopulares.
Sumémosle los fenómenos naturales, que azotan regiones sin posibilidad de apoyo de autoridad alguna, pero eso sí, brindando la oportunidad perfecta de pasarela para los aspirantes a la próxima contienda electoral.
Desde fuera se puede hablar del tema con cierto aire de frialdad, pero la realidad rebasa expectativas, con situaciones complejas que surgen cada día y para afrontarlas es necesaria la participación de todos los sectores e instancias involucradas.
Lo queramos o no, el tema nos atañe a todos. Ningún individuo vive totalmente aislado y tarde o temprano la misma sociedad reclama a sus integrantes la inacción o el rechazo. Las autoridades, de todos los niveles, deben entender que no basta hablar de lo que ocurre, sino que es necesario es abordar la situación desde diversos campos, con la visión de distintas especialidades para desentrañarla y entenderla en su complejidad.
Muchas veces se asocia el apoyo social con la filantropía o la caridad, pero en realidad debemos asumirla en la justa dimensión como función obligatoria y moral, contemplada en el espíritu de las leyes para un mejor funcionamiento de la sociedad.
Recordemos que la sociedad está integrada por personas, por seres humanos con los mismos derechos desde el nacimiento y atender a quienes forman parte de la población vulnerable es simplemente asumir la responsabilidad y cumplirla en beneficio de todos.
Día a día hay acciones enfocadas a atender a quienes menos tienen, pero muchas veces se hacen siguiendo las costumbres, por inercia o a golpe de buena voluntad. Eso no es suficiente. La buena voluntad no basta si se realizan acciones dispersas o sin la debida preparación. Es necesario clarificar cómo se deben realizar esas acciones, establecer protocolos y certificar que quienes emprenden ese compromiso social, tengan la debida preparación para ser competentes, eficientes y eficaces.
El recorrer las zonas afectadas sin tener propuestas de solución, viables, sólo es promover la imagen, pero eso no está funcionando. Recordemos que hasta principios de año era común ver que publicaran encuestas con resultados alegres, pero la realidad está desnudando la mascarada.
La sociedad no es estática y sí avanza a un ritmo vertiginoso. Pretender aplicar acciones surgidas en el pasado es condenarse al rezago sin poder dar respuestas a las demandas de los grupos en situación vulnerable. Es primordial responder adecuadamente y cumplirle a la sociedad.
Ojalá que la simulación termine, que los ciudadanos tomen conciencia de que en sus manos tienen el poder del cambio. Yucatán, y México en general, merece algo mucho mejor que la simple simulación.
Hasta la próxima…