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Arde el basurero municipal de Umán
A “Venturita” se le queman los dos basureros: el tiradero de residuos y el que le dejó Freddy Ruz.
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
La noticia no es nueva, más bien es recurrente. Que el basurero municipal de Umán arda en llamas y propague una pestilencia y un hedor contaminante por las comisarías y la cabecera municipal es de continuo. Pero no me refiero solo al tiradero de residuos al aire libre, ese se incendia como consecuencia de las llamas del otro: el del cochinero de corrupción que hay en palacio municipal.
Ambos son peligrosos: uno lo es para la salud física de los umanenses y el otro los es para la sociedad en general. Ambos apestan a rayos, porque lo que esas llamas consumen es podredumbre y los dos generan una espesa cortina de humo.
Sin embargo, hay una gran diferencia entre los dos: el basurero municipal se incendia por error y descuidos, pero el de palacio municipal no: este arde abanicado por el mismo alcalde, Gaspar Ventura, quien azuza el fuego para que la hedionda cortina de humo resultante sea muy espesa y nos impida ver que la corrupción de la administración pasada, que “Venturita” mismo reconoce ocurrió, no será investigada y mucho menos castigada, porque esta misma administración también está conformada por corruptos.
Los umanenses seguirán respirando los dos humos intoxicantes, hasta que ellos mismos lo decidan. Si deciden resolver uno, el que se origina en palacio municipal, el otro se resolverá en consecuencia, porque es originado por los malos servicios municipales. La decisión está en sus manos. Es cuánto.