Mérida
La Mujer, un tema pendiente en México…
LA VISIÓN DE CARONTE
Por Miguel II Hernández Madero
Históricamente ha sido reconocido el papel de la mujer como semilla que da paso a la vida, sin embargo, también ha sido relegada en diversas sociedades y su lucha ha sido incansable por alcanzar el reconocimiento y tener los mismos derechos que el hombre.
Hoy en día las mujeres está en sitios que hasta hace unas cuantas generaciones sólo eran considerados como terreno exclusivo de los hombres. La Mujer no ha ganado gratuitamente esos lugares que hoy ocupa y por los que sigue luchando, desde su hogar, desde el trabajo, desde la escuela. Celebrar el Día Internacional de la Mujer es reivindicar y reconocer sus derechos en todas las posiciones que desempeñan en la sociedad y en la vida.
La mujer es estadista, empresaria, académica, trabajadora o ama de casa…, todas esas facetas tienen algo en común: son sinónimo de lucha, fortaleza, abnegación, compañerismo y apoyo. Son guerreras sin miedo a enfrentarse a la sociedad y a la vida. Dispuestas al sacrificio y a pasar hambre con tal de sacar adelante a los suyos.
Todo hombre sabe que una mujer es esperanza, es luz en la oscuridad, es soporte frente a las adversidades y además es el refugio brindado con amor, cariño, respeto y comprensión. Su fortaleza está ahí, a cada paso y aunque una vez al año se conmemora el Día de la Mujer, en realidad todos los días son de ellas.
Pero la realidad en México va más allá del discurso bonito, pues cada año son mas los feminicidios, la violencia de género y la discriminación laboral, social y en otros sentidos. No se puede hablar de igualdad y equidad cuando un sector tiende a ser invisibilizado o, se pretende compensarles dando un empoderamiento excesivo, para ejercer una discriminación inversa.
Y no es cuestión de lenguaje. Es más, de actitudes. Existen personas que públicamente usan ese “lenguaje inclusivo”, que rechaza la RAE, pero que en su vida personal discriminan o violentan a la mujer y a los niños. No es lenguaje, reitero, es consciencia, es identidad.
Lo ideal es una sociedad justa, con igualdad de oportunidades y acceso a una vida digna. No se trata de una guerra de sexos, sino reconocernos como iguales, pero para ello es necesario trabajar mucho, desde la mentalidad de hombres y mujeres, formando a las nuevas generaciones y sin caer en discursos de odio, ni en la burla o la revictimización. Eduquemos y crezcam9ios como sociedad y como seres humanos. Sin discursos, con acciones y resultados.
Hasta la próxima…