Mérida
Verónica Camino, Ovidio Peralta y Óscar Cantón crucifican a los morenistas yucatecos
Por Consejo Editorial
Los argumentos presentados por Verónica Camino, Ovidio Peralta y Óscar Cantón hoy, durante su conferencia de prensa, se me imaginan como una escenificación adelantada de la Semana Santa en Iztapalapa en la que el actor crucificado fue el morenismo yucateco.
Y es que los morenistas yucatecos de verdad que fueron conducidos dóciles y mansos al sacrificio y, ni siquiera, pío dijeron. El grave problema es que su inmolación no va a causar efecto alguno, pues su discurso de querer cambiar a México con la 4T suena ridículo pues ¿cómo van a logar esa hazaña si ni siquiera pueden evitar que la corrupción permee su partido? Los militantes morenistas embaucados, los que aun creen que de verdad se va a llevar al cabo una encuesta popular para elegir candidatos, si no llevan al cabo acciones serán cómplices de toda esa simulación organizada por Verónica Camino, Ovidio Peralta y Óscar Cantón para secuestrar al partido para fines personales. Y que conste que digo personales y no políticos.
Lo que deben tener muy en cuenta los morenistas es que, si de verdad quieren hacer algo, deben hacerlo solos, pues a su dirigente estatal le asignaron el papel de Judas y terminó por venderlos. Hoy, Mario Mex recolecta firmas para realizar acciones legales a manera de regresarles a los fariseos las monedas de plata que recibió por la transacción. Y, al igual que el Judas de la historia, se suicidó, políticamente hablando.
Lo interesante de este montaje trágico es que algunos de nuestros actores son metamorfos por naturaleza y se niegan a seguir el guion. La Verónica, en este caso, no enjugó los llantos de los sacrificados, sino las lágrimas de cocodrilo de los sumos sacerdotes enviados para llevar al cabo la farsa. Cómo Verónica ya tiene por costumbre cambiar de bando y bancada a su antojo y conveniencia, su actitud tampoco es cosa que deba causar extrañeza.
Ovidio Peralta y Óscar Cantón, los fariseos de la obra, no se cansaron de repetir la misma oración “En Morena somos tan demócratas y el pueblo decide”, sólo les faltó exclamar “¡Queremos a Barrabás!”. La verdad es que no sé si lo hacían para convencer a los presentes o lo dijeron tantas veces para ver si al final, cuando menos, en una de esas su actuación resultaba creíble. Lo que sí hay que reconocerles es que al menos intentaron meterse en su papel de fariseos, pues se ensalzaron y se santificaron así mismos y a su Verónica, pero nunca reconocieron sus pecados. Sepulcros blancos por fuera, pero podridos por dentro.
E igualito que los fariseos le pusieron inalcanzable el cielo a los morenistas, pues afirmaron que sí van a llevarse al cabo las encuestas públicas para elegir a sus candidatos, pero no dijeron ni cuando, ni cómo, ni quien la hará. En fin, vamos a ver si los morenistas afectados aun conservan su dignidad, su capacidad para indignarse y hacen algo. La verdad yo no les pido mucho, no quiero que cambien a México con su 4T, con que sean capaces de componer la situación de su partido, para mí, es más que suficiente. Es cuánto.