En cualquier ciudad, cuando se hace un evento del “tamaño” de un carnaval, siempre se pone en riesgo la higiene del sitio, sobre todo si es en una zona céntrica; en Umán, el carnaval del fracaso además de ser adelantado a su tiempo, provocó indignación por muchas razones, aunque paleros digan lo contrario, entre esas razones está el montón de basura que se ha generado en los lugares públicos y la mala higiene que provocará por varios días.
Es verdad, ahí entra a juego la responsabilidad de la gente y sobre todo la conciencia de colocar la basura en su lugar, pero, ¿cómo se podrá tirar la basura en los lugares correspondientes si ni siquiera hay basureros suficientes y en buen estado? Y sí, esto también es responsabilidad del ayuntamiento, el arrojo de basura es inevitable, pero si tan solo existieran más y mejores basureros, éstas escenas serían menos dramáticas y el trabajo para los señores de aseo urbano sería menos.
No solo culpemos a los asistentes, pues las autoridades deben estar preparadas para este tipo de evento y todo lo que implica hacerlos. Los basureros oxidados del parque no sirven para nada, y si a esto le sumamos que estos botes están rotos y que algunos ya ni están en su sitio, entonces tenemos como resultado estas deplorables imágenes que dejan en el ojo de la crítica pública a Umán y más si pseudomedios tratan de guardar la imagen del ayuntamiento culpando a la gente, no señores, las cosas no son así.
Recordemos que, en estos temas de higiene pública, es un trabajo que se realiza en coordinación autoridades con sociedad, pero obvio las autoridades están obligadas a otorgarles los medios y recursos a la sociedad para que las calles se vean limpias, sobre todo después de un evento “tan demandante” como lo es el carnaval.
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