Policía
Nuevamente los policías hacen de las suyas Ocho policías vieron últimos minutos de tizimileño asediando

Existe la posibilidad de solicitar juicio político contra el presidente municipal “por violar de manera grave y sistemática las garantías individuales”
#TIZIMÍN Los últimos minutos de vida del tizimileño José Alberto Acosta Caamal quedaron grabados en vídeo, donde se muestra a ocho policías presentes en la detención y sometimiento del yucateco asesinado a golpes.
En tanto, la familia del ciudadano de Tizimín muerto a manos de los policías se mantiene en espera de la justicia ofrecida por el alcalde Mario Alberto González González, quien aseguró que si había culpabilidad sería aplicado “todo el peso de la ley”.
Por el momento, los elementos involucrados “siguen suspendidos y bajo investigación”, según la versión del director de la Policía Municipal de Tizimín, Roberto Pacheco Aranda.
PRESIDIO pudo averiguar que al menos tres agentes son señalados como los responsables de la muerte, aunque fueron ocho los que estuvieron en el lugar de los hechos.
Hace una semana, el domingo pasado publicamos que el conocido fotógrafo Acosta Caamal, quien era apreciado en la comunidad tizimileña, fue privado de la vida por agentes municipales cuando lo detuvieron con violencia en el estacionamiento de una propiedad privada el 25 de marzo por la noche.
El tizimileño falleció debido a los golpes recibidos. La autopsia arrojó que la causa de la muerte fue por asfixia mecánica por compresión torácica abdominal, es decir, además de puñetazos y patadas, fue aplastado del tórax al mantenerse los agentes de pie sobre él y presionar su cuerpo para torturarlo.
Luego de la investigación dada a conocer por PRESIDIO, el presidente municipal comenzó a ejercer presión psicológica sobre los hijos para que se desistan de una denuncia penal, a cambio de 200 mil pesos y un pie de casa, evitando de esta manera un lío político en su comunidad.
Se sabe que el priista aspira a reelegirse en el Ayuntamiento si no logra ser seleccionado por su partido como aspirante a diputado local de su zona.
En 17 minutos de vídeo se observa por última vez a Acosta Caamal con vida, antes de ser trasladado en la parte trasera de una camioneta policial al Cuartel Morelos y luego al hospital general San Carlos, donde llegó sin signos vitales.
El material completo en poder de PRESIDIO –que más adelante daríamos a conocer- tiene una duración de 32 minutos. En él se ve al fotógrafo tizimileño salir a las 11:02 de la noche en su auto Volkswagen de la posada donde habitaba, en la calle 52 por 63 y 65 de la colonia Santa Rosa de Lima.
Nueve minutos después regresa y es detenido a media calle por la patrulla 1323, del cual desciende un ocupante y Acosta Caamal ingresa al estacionamiento, lo cual también hace el conductor de la unidad policial.
En el reporte policial se difundió que fue detenido en un retén cuando manejaba alcoholizado; que fue arrestado y subido a una patrulla para ser llevado al Cuartel Morelos, donde “comenzó a sentirse mal”, lo que es desmentido con la evidencia en vídeo.
En los hechos, tras dialogar unos minutos en actitud conciliadora con los agentes, un elemento de complexión gruesa lo llama a un extremo del estacionamiento y luego se les une el otro.
Luego de un minuto, el segundo agente vuelve a aparecer a cuadro y revisa el interior del automóvil, donde estaba una acompañante, a la cual tras unos minutos le pide que se retire.
A las 11:20 Acosta Caamal es esposado y jaloneado por los dos elementos, que lo conducen a la parte posterior de la camioneta, donde un policía lo pisa y lo patea.
Luego es agredido por los dos uniformados estando boca abajo y le registran sus ropas. Cabe mencionar que en ningún momento se observa que Acosta Caamal pusiera resistencia física al arresto.
Durante 4 minutos lo mantienen sometido hasta llega una segunda unidad policial, cuyos ocupantes descienden y se limitan a observar el castigo que recibe el ciudadano.
Dos minutos después, a las 11:26, llega otra patrulla de la Policía Municipal, tipo Tsuru, de la cual descienden dos elementos que se unen a los cuatro primeros.
Posteriormente arriba otra unidad municipal (fuera de cuadro) con dos uniformados, al parecer de rango superior –a juzgar por el uniforme de manga larga-, quienes dan algunas indicaciones ante la presencia del dueño de la propiedad, Jacinto Sansor, quien observa la acción.
El reloj marca las 11:28 cuando se retiran con el detenido a bordo de la unidad 1323, conducida por el policía corpulento.
Dos minutos después otro agente arranca el Volkswagen de color negro. y se lo lleva manejando.
Cabe mencionar que uno de los uniformados que llegó en la segunda camioneta aborda la 1223 y se trasladan dos con el detenido en la parte posterior.
Sólo esos policías y el conductor saben qué ocurrió en el trayecto de la colonia Santa Rosa de Lima al Cuartel Morelos, distante a 2 kilómetros, aunque Acosta Caamal ya iba bastante estropeado.
Los agentes asignados a la unidad 1223 de Tizimín que figuran en el reporte como los autores del arresto son Jesús Eduardo Marfil Iuit y Miguel Ricardo Uicab Pech. El tercero que los acompaña sería Juan Antonio Canché Can.
Se desconoce si los hijos y la concubina ya recibieron el dinero, pero fuentes del Palacio Municipal aseguran que fueron 280 mil pesos que se extrajeron de dos dependencias municipales.
Según la información, se obtuvieron 200 mil de los recursos del agua potable y 80 mil del predial.
A los familiares se les ofreció 200 mil y se asegura que ya firmaron el perdón al municipio por el crimen cometido a su padre.
Según la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos de Yucatán, señala en su artículo 7 que los elementos involucrados, el jefe policiaco y el presidente municipal podrían ser sujetos de un juicio político “por violar de manera grave y sistemática las garantías individuales” de los tizimileños.
En el caso de González González podría ser enjuiciado por omisiones a la Constitución que causaron un perjuicio grave, en este caso un homicidio, contra un integrante de la sociedad que juró defender.
Luego de la investigación dada a conocer por PRESIDIO, otros tizimileños han recurrido a este medio para señalar que también han sido víctimas de los policías municipales.
Uno de ellos expuso que a un sobrino que llegó de Playa del Carmen, Quintana Roo, los elementos de Tizimín “le quebraron un brazo y le robaron todo lo que tenía”, con la supuesta complicidad de mandos superiores.
“Cuando fui a verlo donde se supone estaba detenido, me dijeron que lo habían llevado al hospital San Carlos”.
Al llegar al nosocomio, relató, su familiar no estaba ahí. “Tardé preguntando por él y, cuando me iba a quitar, llegó una patrulla con seis elementos y lo bajaron a empujones”.
Añadió que su sobrino estaba gritando de dolor diciendo que le habían quebrado el brazo. “Cuando me acerqué a los policías a preguntar qué pasaba, lo dejaron ahí y se fueron diciendo que regresarían por él, pero nada, allá lo abandonaron una vez que lo despojaron de sus pertenencias”.
Desgraciadamente así es la impunidad aquí en Tizimín, expuso. Mi sobrino luego tuvo que pagar para sacar su coche del corralón.
“Espero que pronto se les acabe, porque es demasiada corrupción la que hay tanto en la Policía como en el Ministerio Público”.
Fuente:Presidio
