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En Umán; muerto el niño y nadie asume responsabilidades
Por Fernando A. Toledo y Rivadeneyra
La tragedia ocurrida la noche de anoche en Umán es indignante. Y lo es por dos razones: la pérdida de un pequeño inocente a casusa de un absurdo que pudo ser evitado y, la segunda causa, la poca memoria y capacidad de indignación de los umanenses.
Por supuesto que hoy, ya ocurrida la tragedia, los ánimos se inflaman y, como consecuencia lógica, el linchamiento mediático en Facebook es en contra de la autoridad actual. Sin embargo, y a pesar que los umanenses molestos tengan la razón, la misma ciudanía de Umán son tan, o más culpables, de lo sucedido porque nunca han querido ejercer su ciudadanía con responsabilidad y siempre les ha sido más cómodo dejar en manos de otros el destino de la ciudad.
Los umanenses tienen tan poca memoria y tan escaso interés en su ciudad que parecen ignorar, o quieren ignorar, que hoy los vehículos pesados no deberían circular por el centro de Umán, pero que si lo hacen se debe a la corrupción del alcalde anterior: Freddy Ruz Guzmán.
Recordemos, para refrescar un poco la memoria, que hace casi dos años, el INCAY inició el libramiento para que este tipo de vehículos pase por la periferia de Umán. Ruz Guzmán, cómo alcalde, fue el responsable de tramitar la donación de los terrenos para llevar al cabo el proyecto. Sin embargo, Freddy y su secretario municipal, Manuel Ruiz Garrido, falsificaron firmas, documentos oficiales y simularon donaciones que, eventualmente, generaron demandas legales y la detención de la obra. Si ni el gobierno del estado ha podido destrabar el lio legal causado por Freddy y José Manuel ¿creen que puede hacerlo el actual alcalde umanense?
La ciudadanía de Umán, decidió ver el asunto como un problema legal entre particulares, a pesar de que los asuntos del ayuntamiento nos deben importar a todos por ser algo de interés público porque sus consecuencias afectan a toda la ciudadanía.
¿Buscan a un responsable porque hoy transitan los vehículos pesados por el centro de Umán? Ahí están Fredy y José Manuel. Claro, es más fácil festejarle sus ocurrencias y bailes de zumba al petizo exalcalde y acudir en masa a sus suntuosas fiestas que lleva al cabo en su lujoso rancho, que fincarle responsabilidades. ¿Para qué vamos a hacerlo? Mejor exijámosle eso al nuevo alcalde y, como diría Jaimito, el cartero, evitemos la fatiga. Total, cómo nadie asume la responsabilidad, ya buscaremos a quién culpar y linchar en las redes sociales.
Esta tragedia debe servirnos para reflexionar que, como ciudadanos, tenemos derechos, pero también debemos asumir responsabilidades. Y una de esas responsabilidades es tomar el destino del municipio en nuestras manos pues nuestra participación democrática no termina al momento de depositar nuestros votos en las urnas.
Si no lo hacemos, tragedias como esta, seguirán ocurriendo y serán tan responsables las autoridades cómo los ciudadanos que nunca hicieron nada para cambiar las cosas. Es cuanto.