Mérida
El tema de la “Cumbre”
LA VISIÓN DE CARONTE
Por Miguel II Hernández Madero
Hace unos días Mérida fue sede de una reunión de Premios Nobel de la Paz, evento “que posicionaría a Yucatán” en el ´plano internacional y fomentaría el turismo al dar a conocer al resto del mundo que existimos, pero el evento en sí fue tan importante como elitista y poco publicitado, de hecho no hubo alguna declaratoria de peso que diera la vuelta al mundo o que sirviera para dar un golpe mediático.
Fue una reunión de personalidades en una ciudad, con conferencias y talleres alternos y hasta ahí. Más pareciera un evento de oropel, a capricho de alguien, pero fue un capricho muy caro aunque se supo vender la idea para realizarlo en esta ciudad.
Aclaro, no se trata de menospreciar la presencia de tantos recipiendarios del Nobel, de ninguna manera es eso, simplemente se desvirtuó y no se supo aprovechar la necesaria atención que podría atraer un evento de tal magnitud. En vez de ello hubo declaraciones polémicas, sí, pero para el plano local, para el mercado nacional. Lograron que algunas notas fueran difundidas por medios del país, relacionadas con la condenada a la postura de Yucatán sobre el matrimonio igualitario.
Se habló mucho del tema y acabó por dejar a un lado el tópico principal: la paz. Eso no implica que se juzgue a o no la postura de quienes están a favor o en contra. Cada quien tiene el derecho de obrar conforme a los dictados de su propia conciencia.
Pero pasó algo muy curioso. Mientras dentro del Centro Internacional los invitados especiales hablaban del tema tan polémico, afuera era bloqueada la manifestación de los pobladores de Homún, contra la presencia de las granjas porcícolas, un problema social que amenaza con salirse de control pero que minimizado totalmente. Tanta fue la efervescencia de la situación que hasta las rezadores hicieron acto de presencia en un hotel para hacer lo que saben hacer muy bien…, rezar en público (no ofendemos a nadie al decir esto).
Y en el parque de La Mejorada el sábado, horas antes del concierto de Ricky Martin, hubo una manifestación también sobre el tema LGBT, que fue opacado por la presentación del boricua, quien era la noticia del momento y que concentraba sobre sí todos los reflectores.
Ya en la noche del sábado, “Día Internacional de la Paz”, se dio el concierto, en el que estuvieron aplaudiendo tanto simpatizantes del matrimonio igualitaria como sus opositores; compartieron espacio quienes tienen los “open mind” con los ultraconservadores y tradicionalistas, en fin todos los asistentes bailaron por igual, todos corearon sus canciones, aunque luego estuviesen calificando su coreografía como gay…, a final de cuentas todo es relativo y fruto del momento.
Pero ya en la cruda realidad, nos queda preguntarnos cuánto costó todo este evento, cuánto se traducirá en publicidad para el estado, que beneficios traerá a corto y mediano plazo, pero sobre todo ¿en verdad se justificó todo o sólo un escaparate muy caro, con fines no muy transparentes.
Ojalá lo que venga sea más claro. Los yucatecos merecemos que se nos hable de frente.
Hasta la próxima…