Mérida
El gobierno de Yucatán y su hipocresía mediática: U.M.A.S y despidos

Mitsuo Teyer Mercado
Asesor en el Senado de la República
La semana pasada fuimos testigos en redes sociales de la defensa que realizó la Senadora Verónica Camino ante una iniciativa promovida por el Gobernador Mauricio Vila que tenía toda la intención de lastimar a las y los trabajadores gubernamentales: policías, maestros, doctores y en general toda la burocracia estatal y municipal en activo y en retiro que cotiza o cobra sus pensiones o jubilaciones en el I.S.S.T.E.Y. iba a ser afectada al pretender calcular su pensión y jubilación en Unidades de Medida y Actualización (U.M.A) y no en salarios mínimos.
Para efectos prácticos, el salario mínimo pasó de 88.36 pesos en el 2018 a 102.68 pesos a partir del 2019, un incremento de 16%; mientras que la UMA de 80.60 pesos a 84.49 pesos, esto es 4.8% más.
La respuesta llegó cuatro días después mediante un boletín ridículo que nos advertía de la “quiebra” de dicho instituto. Ya se sabía. Que fue fruto de las decisiones administrativas de los gobiernos anteriores, también se sabía.
Sean honestos: se recurrió a la salida fácil y neoliberal insensible era que los trabajadores pagaran los pecados de gobiernos anteriores. Lo intentaron y se les descubrió.
Luego vino una cadena de mentiras que no todos los periódicos se atrevieron a reproducir consientes que sus asesores jurídicos son mucho mejor que el titular de la Consejería Jurídica, quien demostrando una falta de experiencia en los asuntos públicos recurrió a la mentira. Así de grave: quien debe ser un ejemplo de probidad y ética jurídica nos mintió descaradamente.
Mintió al decir que, y cito textual del boletin: “La iniciativa para modernizar la ley yucateca y homologarla a la de la mayoría de los estados y la federal fue presentada al Congreso estatal el 19 de agosto de 2019” nada más que la mayoría son sólo cuatro estados de treinta y dos. Con esa desfachatez mintió, sin temor alguno y con total impunidad.
Y lo peor, confundiendo a la ciudadanía al señalar que “Sin embargo, se enviaría de nuevo, con actualizaciones, ya que un mes después, el 20 de septiembre de 2019, se publicó la jurisprudencia 2020651, que modifica precisamente medidas de cálculos para pensiones.”
Si te ostentas de ser un buen abogado y estar actualizado, sabes cómo se genera jurisprudencia y no es de la noche a la mañana. Pero es más fácil, copiar y pegar.
Desde antes de esa jurisprudencia, había tesis aisladas, producto de juicios laborales federales con las que se reflejaban lo evidente: las U.M.A.s no son la base para calcular las pensiones a jubilaciones. Se sabía y se obvió con dolo pero, ¿por qué?
Esto dice mucho de un gobierno: que valora las palabras por encima de las acciones. La máxima política del consultor Roberto Trad dice: suave con las personas, duro con las ideas e implacable con las acciones. La comparto.
En este gobierno es todo lo contrario: las acciones u omisiones dan igual, no existen muchas ideas o soluciones y las personas realmente no importan.
En solo este año, tres personas dentro los sectores gubernamentales y cuerpos internos del partido en turno perdieron su trabajo por comentarios en redes sociales, aunque realmente fue por la presión en redes sociales que sus comentarios generaron que les cesaran o hicieran renunciar.
En todos los casos, la orden de rescindir la relación laboral vino desde el mismo lugar. En un gobierno propagandístico en extremo, todo es observado, analizado, pagado y calculado en términos de rentabilidad mediática.
La presente administración está enferma de soberbia y la sintomatología es clara: se gobierna con boletines faltos de sustento legal y que evidencian poca o nula experiencia en los asuntos públicos que solo es atribuible a la reducida capacidad por parte del señor Gobernador de escuchar a quienes está obligado a escuchar.
Para el Gobierno en turno, un comentario en redes sociales hecho por un funcionario puede ocasionar su despido o renuncia voluntaria; pero un secretario de estado, puede mentir sistemáticamente, pero como lo hace mediante un boletín, no tiene mayor consecuencia.
Sin embargo su acción fue estéril al querer tapar el sol con un dedo: la semana pasada quedó claro que para Mauricio Vila, el servidor público poco importa en su esquema de gobernar.
Así es la hipocresía mediática en la que vivimos.
Fuente: Mitsuo Teyer Mercado
