Mérida
El dengue de impuestos
Por David Alpizar
Peor que, una nube de mosquitos, infestados de dengue, se cierne sobre el estado de Yucatán, un negrísimo nubarrón, cargado de impuestos, para el año veinte-veinte (2020).
Pero, ¡Todo sea, por la bendita seguridad!
Si bien, difícilmente haya un yucateco, o cualquier otra persona, avecindada en Yucatán, que no aprecie la seguridad, de la que se goza en el estado; no resulta lo mismo, pagar por cosas de alto costo, a tener que pagar por cosas caras; y si bien, todos aceptamos que la seguridad, no es barata; tampoco aceptamos, que tenga que ser tan cara, por preciosa que sea.
Pagar un extra por la seguridad, a lo mejor, tiene sentido para el turista, pero no, para el ciudadano común, quien espera, que la seguridad, esté incluida, en el paquete mínimo de contraprestaciones, que debe recibir, por parte de su gobierno, por los impuestos regulares que ya paga.
Definitivamente, el gobierno del estado, debió haber meditado mejor, al contratar un controvertido préstamo, por el cual, tendrá que pagar onerosos intereses, especialmente ahora que, “el horno no está para bollos”. A lo mejor, aún hay tiempo de repensarlo, y bajarle un poco a ese préstamo, pues, aunque, el pastel se vea delicioso, simplemente, miná’am takin, para pagarlo.
Sería interesante saber, de donde sacarán, los cinco mil despedidos del gobierno del estado, y los jubilados, a quienes hoy, se les pichicatea su pensión, para pagar un impuesto por “seguridad”, del 8 % de su recibo de luz, el cual, ya de por sí, les resulta oneroso, con el pago por la energía.
Para el turista, tal vez resulte, peccata minuta, si se les sabe vender, ¡ah, pero eso sí!, que se vean los aumentos en el flujo de turistas con pernocta al estado, en vez de, solamente gastarlo en festivales, cumbres, viajes, y la compra de “reconocimientos”, que nada aportan.
Homologar otros impuestos, con prácticas probadas en otros lados, como, por ejemplo, el cobro a las plataformas electrónicas, y el impuesto a la nómina del “outsourcing”, parecen más vendibles, ¡pero, por favor!¡ni se les ocurra subir el impuesto a la nómina!, pues no solo, repercute negativamente en la creación de nuevos empleos, sino que, también inhibe el crecimiento de los salarios, y no olvidemos que, un viejo dolor en nuestro estado, es ser de los estados, con más bajos sueldos a nivel nacional.
También, se habla, del re emplacamiento del parque vehicular del estado; y definitivamente, creo nadie se opone, al control vehicular, siempre y cuando, tenga un costo razonable; y no solo en dinero, sino también, en el tiempo del contribuyente. Si se hace un trámite ágil, en donde, aquel que tenga todo en regla, pueda pagar por internet y recibir sus placas nuevas en su domicilio, pues creo, la gran mayoría, con gusto cumpliríamos.
Recordando el dicho que reza, que, “el tiempo es oro”, solo deberían acudir personalmente, aquellos que, tengan que hacer rectificaciones o nuevos registros de sus vehículos,
¡Ah, y algo muy importante! Que un comité ciudadano, (ya que parece, los diputados no sirven para eso), se encargue de vigilar la venta de las placas viejas, como metal para reciclaje, y, el producto de la venta, se destine a obras sociales en comunidades marginadas; y no acabe en el bolsillo de uno o unos cuantos.
Seguramente, más de un alto funcionario dirá: – ¡Ah, ¿qué le picó al Mosquito?! ¡Seguro tiene alucinaciones por el dengue! –
Pero yo les respondo de antemano: “El dengue lo van a tener ustedes y los diputados”, si no se ponen sensibles, al sentir y a las necesidades del pueblo. Después del 2020, sigue el 2021.
El Mosquito.