Mérida
2020 sería año de suerte para irresponsables de SSY, ante baja incidencia de dengue
La suerte de los irresponsables estaría a su favor en este año, en especial, del secretario de Salud de Yucatán (SSY), Mauricio Sauri Vivas, ya que se está en el período de bajo impacto de dengue, aunque su exceso de confianza podría provocar un brote epidemiológico.
En 2020 se prevé una disminución de la incidencia de dengue en la Península de Yucatán, debido a que se está en el momento de bajo impacto del período bianual de la enfermedad, afirmó el especialista del Centro de Investigaciones Regionales “Dr Hideyo Noguchi” de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), Julián Everardo García Rejón.
Pese a ello, recomendó al sector salud a continuar con los operativos de control del vector de la patología, el mosco Aedes aegypti, pues de lo contrario habría un brote.
Mencionó que 2016 y 2018 fueron los años con baja afluencia del período bianual, por lo que 2020 está comprendido en este ciclo.
El dengue tiene períodos bicíclicos, con picos altos y bajos, por lo que en éste último es cuando se tiene que tener un mayor control de dicha patología”.
“Es importante continuar con los operativos para contrarrestar la presencia del díptero”, es decir, se deben de efectuar acciones de descacharrización, abatización y fumigación.
Señaló que el aumento del índice de morbilidad y letalidad de dengue que en 2019 se registró en el país, así como en la Península de Yucatán, se debió al período de alta incidencia de la patología, fenómeno que se repetirá en 2021, o bien, se puede adelantar a menos que se descuiden los operativos.
“El brote de dengue es un ciclo normal (un período ciclico bianual), además que se trata de una enfermedad endémica, por lo que no desaparecerá del país”, acotó.
Añadió que el brote de dengue es un ciclo normal, además que se trata de una enfermedad endémica, por lo que no desaparecerá del país, pero si se puede controlar.
El mosquito Aedes aegypti es el vector del dengue, Chikungunya y Zika, algunas de ellas son mortales, las cuales son endémicas, es decir, ya forman parte de la región. En el caso de la fiebre amarilla, ésta ausente en la República Mexicana, al menos por el momento.
Resaltó que la Península de Yucatán es considerada como área endemoepidemiológica, dada la presentación constante de casos causados por el virus, mediante sus cuatro serotipos.
El dengue es una enfermedad prevenible cuya presencia se controla al tener el menor número posible de criaderos artificiales del díptero.
Debido a que el mosco es antrofílico (casero y urbano) no es factible encontrar casos de dengue en pequeños poblados, a menos que una persona fuera infectado en la ciudad y llegue a su comunidad.
Aclaró que “el mosco hembra” es el que pica al hombre, para criar a los huevos, y luego depositarlos en sitios donde hay agua acumulada.
Reconocido que la proliferación del vector transmisor de la enfermedad, el mosco Aedes aegypti, se debe a la rápida reproducción del insecto, además que requiere de un mínimo volumen de agua para lograrlo.
El problema está en que ya se convirtió en un insecto casero y sus reservorios son los cacharros, de ahí la importancia de eliminar todos los recipientes que puedan contener agua.
Con sólo siete milímetros de dimensión, el mosquito hembra del tipo Aedes puede trasmitir la infección viral más importante en salud pública: el dengue.
De acuerdo con un reciente estudio, el mosco Aedes aegypti sufrió modificaciones en sus características biológicas, una evolución registrada al menos en Yucatán.
El díptero modificó su proceso de defensa y adaptación, por lo que ya son nuevos factores que se deben de tomar en cuenta para controlar la presencia, y así disminuir la presencia de ambos males.
Asimismo, el insecto ya puede como volar a alturas de hasta 10 metros cuando antes era de 1.5 metros. Puede depositar sus huevecillos a la altura de los tinacos de los segundos pisos de las viviendas.
Hasta hace unos años, la distancia de traslado era de unos 100 metros, pero ahora es de tres kilómetros, aproximadamente.
Incluso, anteriormente el Aedes aegypti sólo se encontraba a escasos centímetros dentro de los desagües pluviales y, ahora puede estar hasta cinco metros bajo tierra.
El dengue es la enfermedad viral reemergente transmitida por artrópodos de mayor impacto en la salud pública, y junto con el Chikungunya y Zika, son patologías que se volvieron endémicas, es decir, llegaron para quedarse.
Dichas patologías pertenecen al grupo de enfermedades infectocontagiosas virales, que para su transmisión necesitan de un medio biológico o vector, en este caso un artrópodo, el mosquito de la especie Aedes aegypti, que es una de las que circula con mayor frecuencia en el continente americano.
Cabe destacar que estos padecimientos presentes en el Estado son transmitidas por tres vectores, los moscos Aedes aegypti, Aedes albopictus, mejor conocido como “mosquito tigre”, y el Culex quiquefasciatus.
El dengue se caracteriza por una fiebre de aparición súbita que dura de tres a siete días, la cual está acompañada de dolor de cabeza, articulaciones y músculos.
Es decir, se trata de una misma enfermedad pero con distintas manifestaciones, transmitidas por el predominante vector, en áreas tropicales y subtropicales”, entre las cuales está México.
Reconoció la prevalencia de un subregistro de casos notificados, los cuales “son una representación insuficiente de todos los casos de dengue que ya existen, puesto que se ignoran los casos subclínicos así como la situación en que el paciente no se presenta para recibir tratamiento médico”.
El especialista abundó que entre los síntomas de esta enfermedad en su forma leve están el dolor de cabeza, de ojos, de huesos y articulaciones, sin embargo, es importante no automedicarse y solicitar atención médica para su tratamiento oportuno.
Uno de cada 10 casos leves puede evolucionar a grave, cuya sintomatología se acompaña de hemorragias, sangrado de encías y pies hinchados, lo que puede ocasionar una descompensación y la muerte.